Solo miraba unas pequeñas aves bajo una hermosa tarde de otoño, que al buscar su alimento, iluminaban de tranquilidad mi espíritu.
Seres vivos son, algún día morirán, pero mientras llega el momento, su alimento y sustento buscaran. En el día cantan y en la noche descansan.
Entonces comienzo a preguntarme; porque no parecernos un poco a las aves?
Tórtolas tranquilas y serenas. Ellas quizá jamás conozcan los infinitos problemas que a los humanos aquejan como; devaluaciones, desempleo, inseguridad, divorcios, infidelidades ( pongo este paréntesis para que continúes con la lista).
Entonces comienzo a preguntarme; porque no parecernos un poco a las aves?
Tal vez la respuesta es que las aves tienen un código genético que las hace comportarse a las de su misma especie de la misma forma.
A diferencia de las aves, los humanos pueden elegir y obtener lo que anhelan, inventándolo o consiguiéndolo mediante su fe y motivación. Muchas veces, alcanzar el exito llega a confundirnos o a llenarnos de grandes cargas emocionales, afectando a muchas personas su integración a la sociedad, desfalleciendo su salud física y mental paulatinamente.
Entonces comienzo a preguntarme; porque no parecernos un poco a las aves?
Quizá suene tonta la pregunta, pero mientras en una sociedad como la nuestra en donde las palabras éxito y dinero se imponen para prometernos felicidad, tendremos pocas oportunidades de alcanzar la paz y tranquilidad como seres vivos.
Dime entonces; ¿te gustaría parecerte un poco a las aves?
ROBERT RODRIGUEZ