Aun recuerdo los primeros días cuando comencé a tener gusto por la noche. Quizás se deba a que durante el día no tenía ni un momento para estar solo.
Entonces, una noche estaba jugando con mi vieja consola Nintendo y mientras toda mi familia dormía, en ese momento solo escuchaba la musiquita del juego. Eso me hacía sentirme muy tranquilo, todo era reflexión, todo era meditación. Por primera vez estaba conmigo mismo.
En ocasiones observaba la luna y sentía como si ella me cuidara, como si me escuchara, como si estuviera a mi lado.Y así fue el comienzo….Como toda acción tiene sus consecuencias, ahora me despertaba mas tarde y más cansado.Pero quería volver a estar en la noche.Y así fue hasta entonces, muchos días de mi existencia he quedado dominado por una vida nocturna y tranquila.
La noche hace que cualquiera de nuestras pasiones encuentren un rincón en donde sean bienvenidas... -la noche-.Pero ahora comienzo a darme cuenta de que mi cuerpo es frágil, que se extingue y algún día se marchitarà. Ese es el lado oscuro de la noche.
Porque la noche se alimenta de nuestra vitalidad y nuestro jubilo, porque la noche nos utiliza como títeres para moverse durante el día. La noche tiene miedo, miedo de estar sola, por ello nos busca y nos seduce, pero la noche es eterna y nosotros solo somos un suspiro...
ROBERT RODRIGUEZ