CRISTALES Y DIOSES. ( cuento breve)
El viejo. Un día, en algún lugar del mundo, llego un extraño anciano a un bonito pueblo en donde habían muchos árboles y grandes extensiones de pasto. El anciano contaba historias a cambio de algo que comer y a veces por algo de dinero. Pasaron los días y el anciano ya tenía fama de parlanchín y hablador, sin embargo para los niños era alguien divertido e interesante.
Una tarde cuando los niños del pequeño pueblo jugaban y reían juntos, se detuvieron un instante para ver al anciano sentado mirando al cielo y recargado a un enorme árbol que parecía una gran torre. Un pequeño se acerco y le pregunto; ¿ que sucede abuelo?. En ese momento el viejo dio un suspiro y mostró una pequeña sonrisa como de esperanza y dijo algo así; “les contaré una vieja historia”.
Hace miles de años el cielo cuyo hogar era propiedad de dioses poderos, estaba unido a la tierra de los humanos, era una unión increíble. Tal unión despertaba en los humanos cualidades diferentes y especiales, por ejemplo; al nacer, cada niño llevaba las mejores cualidades gracias a un regalo especial, un pequeño cristal en forma de esfera que los dioses impregnaban en su piel, y este cristal hacia muy diferentes a todos los humanos, sin embargo este regalo tenia sus condiciones y es que antes de nacer los dioses le dictaban en su conciencia al bebe la siguiente orden: “ tendrás que pulirlo y cuidarlo, para que brille así como lo harás tu en este mundo” –decían los dioses que gobernaban el cielo.
Así fue que estos cristales hacían que las personas tuvieran cualidades únicas y diferentes como la tener belleza física o inteligencia más desarrollada, algunas tenían el cristal de la fuerza física, otros manejaban el cristal de la habilidad y destreza, etc. y así, pronto surgieron grandes personajes que cambiaban la historia y aseguraban el buen destino de la humanidad. Pero cierto día apareció un demonio que poco a poco comenzó a cambiar el modo de pensar de algunas personas y las convenció de usar el poder de sus cristales en contra del propio ser humano. Fue así como surgió el nacimiento del odio y pronto algunos valles comenzaba a oler a muerte y guerra.
Los dioses preocupados decidieron reunirse y concluyeron en que nunca mas se les volvería a dar el cristal mágico a los niños humanos que estaban por nacer, y así, la relación entre humanos y dioses se acabo.
El viejo les contó que a partir de entonces nadie más supo acerca de los misteriosos cristales, pero cuenta otra leyenda que aun en estos días a escondidas del dios supremo, algunos humanos se les obsequia este divino regalo, y serán aquellos los afortunados que cambiarán el mundo de hoy.
En ese momento un niño miro al cielo y suspiro. Mientras se decía así mismo en voz baja que seria muy divertido si él tuviera un cristal de aquellos que el viejo les contaba.
Finalmente el anciano se quedo sonriendo mientras veía a todos los niños escuchándole, y uno de ellos pregunto los siguiente: ¿cómo darme cuenta si tengo yo ese cristal? Y el anciano dijo: hay quienes nunca lo van a descubrir, pero el secreto es que siempre confiés en ti, que tengas valor, que sigas y te aferres a tus anhelos y sobre todo a lo que siempre te ha dictado tu corazón y tu mente
Hasta la fecha, nunca más se supo de aquel viejo pero aquellos niños que hace años jugaban, ahora son jóvenes como tú y como yo, esperando tal vez alguna oportunidad para demostrarle al mundo que estamos vivos.
FIN
ROBERT RODRIGUEZ