Llegué 10 minutos antes de la cita, así fue lo planeado con el fin de repasar mis argumentos, mis notas y mi estrategia. Pero algo llamo mi atención, levante la mirada siguiendo la estructura de un edificio cercano y encontré un cuervo posado por encima de el mirándome algo inquieto, como si quisiera invitarme a jugar con el allá arriba, me quede observando y pensando sobre lo inusual de sus movimientos, sin embargo detrás de aquella emplumada silueta oscura estaba por salir el sol de la mañana detrás de las montañas, el claro azul cielo adornado con sus nubes que reflejaban la luz naciente que se proyecta por todo el horizonte, hacían de este un espectáculo lleno de contrastes y bellos colores. Esto es… hermoso.
De pronto se escucho una voz templada detrás de mí.
-Si lo es.
-Ah eres tú, no me dí cuenta cuando llegaste ni tampoco de la hora- le dije a Lucifer dando media vuelta hacia él.
-Llegamos juntos solo que te distrajiste un poco.- me dijo.
-Ah si, lo siento, mmm es que me llamó la atención la belleza de este amanecer. He visto miles en mi vida pero este en particular fue diferente, fue…
-¿Más bello?- me preguntó.
-Si exacto, mas bello y no pude evitar guardarlo en mi mente.
-¿O en tu corazón?
-No, no creo eso…
-¿Entonces que es lo que crees?- volvió a interrogarme.
- Haber, espera un momento, ¿Cuándo fue que la entrevista comenzó sin que me pidieras mi consentimiento?
-Tú fuiste quien la comenzó…
-Bueno ya, como sea. Vengo para hablar contigo sobre la soberbia. Se supone que tu la creaste y también que eres su representante y promotor.
-Continua.
-Si. Entonces como te decía; la soberbia es la raíz o también la puerta abierta a muchos males que han caído a la humanidad y se supone que tu eres el responsable, ¿no?
-¿Acaso eres una especie de juez, qué viene a juzgar por lo que sus ojos ven?- me dijo.
- Ahmm, no, no soy ningún juez… pero si he visto como la soberbia…
-No eres más que un ciego intentando dar una cátedra de medicina ocular dando bastonazos por doquier. Si esos son tus argumentos para la Soberbia entonces quizás necesites regresar después, cuando aprendas a…
-¡Oye!!, no me insultes con tu soberbia, haciéndote pasar como el sabio. No eres más que un engreído.
-Continua.
-No, creo que no se puede hablar así contigo…
-Bien, entonces no se diga más.
-Espera, aun no he terminado- le insistí. Esta entrevista debe continuar…
-Muy bien, si así lo deseas podemos continuarla pero en otro lugar, solo cuando te consigas un espejo de tu tamaño podremos hablar de nuevo. Frente a frente y con el mismo idioma.
Fin.
D.B.R.R