Hoy amanece con un clima espantoso, tengo frío y mucho sueño. Hay un desajuste en la química de mi cerebro y una falta de energía en mi cuerpo y para arreglar todo este desastre podría encontrar la solución en una pastillita comercializada por algún laboratorio farmacéutico o en alguna otra clandestinamente. ¿Y luego que? ¿Estar drogado hará que vuelva a recuperar la alegría que sentía cuando te veía antes de que te hayas ido de mi vida? ¿La solución será un medicamento para dejar de sentir la desolación de saber que en este momento hay personas muriendo de hambre? Seguramente estos medicamentos son parte de esta locura impuesta de querer siempre alcanzar la felicidad y el bienestar.
Ahora veo el reloj y me doy cuenta de que ya es tarde, pero ¿tarde para que?... Lo único que me hace sentir a gusto es cantar mientras me doy un baño con agua caliente… y en cada gota que cae sobre mi cuerpo me doy cuenta de que vivimos en una especie de prisión dentro de nosotros mismos, una prisión de los sentidos.
¿Cual será la verdadera llave para escapar de esta prisión?
D.B.R.R