Veo a mis animales, sin ropas caras ni perfumes
artificiales, ni tontas ideas de querer ganar concursos de nada, y ellos ni
siquiera tienen idea de la existencia de aquel veneno que el ser humano inventó
y aceptó para si mismo, solo para auto-limitarse y confundirlo, esa idea cuyo
nombre es la “pobreza” que encadena y frena la propia evolución del ser humano.
¿Quién envidia a un pobre? El pobre no tiene
objetos que despierten la envidia ni el recelo ajeno, el pobre ni se preocupa
tanto por ladrones ni banqueros, así quizás el pobre tenga la oportunidad de
conocer la paz. En la pobreza es posible existir la paz, pues no es necesario
poner candados, ni cajas fuertes, ni alarmas, ni andar engañando a nadie de lo
que no es ni de lo que carece.
La Mente dice que la pobreza es la carestía de
algo que necesitamos.
El Espíritu dice que es el mejor curso de auto-superación
y aprendizaje, el inicio de la consciencia, tierra fértil para aprender a comprender
la vida, valorar los seres queridos y cuidar lo que nunca se ha cuidado como el
amor.
El Cuerpo dice que la pobreza se resume solo a
nuestra apariencia, y la apariencia es solo eso…
Y la Consciencia dice que la pobreza no existe, que
solo es una idea que se aferra al pensamiento y al sistema de creencias para
materializarse en este plano existencial ficticio o virtual.
¿Cómo pretenden erradicar la pobreza con cosas
que vienen de afuera, cosas no creadas desde nuestro interior?
¿De que sirve la abundancia cuando seguimos
permitiendo que la pobreza misma radique aferrada a nuestro pensamiento?
¿Cómo se pretende limpiar una casa si las
puertas las cerramos con candados y cadenas?
Además; ¿Porque sentirse pobres y desdichados
cuando tenemos un cerebro, manos, pies, aire que respirar y voluntad para
cambiar nuestra propia realidad?
D.B.R.R