Muchas personas han estado en situaciones criticas en donde la vida pertenece a sus plagiarios o sicarios. Es muy real el sentimiento de desesperación, frustración y miedo de no poder seguir viviendo, de ya no poder realizar tus planes o proyectos, de no volver a ver tus seres queridos y aquellos que esperabas ver en un futuro como hijos, pareja, amigos y familiares. Cuando estas allí sentado, sin moverte debido a la amenaza de tus victimarios, tu vida la evalúas en menos de 30 segundos, así de rápido comienza el verdadero infierno de poder morir sin desearlo en manos de otras personas.
El instinto de sobreviviencia aparece de pronto llenando tu cuerpo de adrenalina. El hemisferio cerebral derecho envía rápidamente las respuestas a resolver el problema con lo que se tiene de inmediato, mientras que su contraparte las evalúa y elije la mejor opción. Todo es cuestión de suerte cuando estas en las manos de plagiarios y sicarios. Digamos que cualquier opción de sobrevivir pudiera ser buena, pero la suerte es fundamental. En mi caso elegí la negociación la cual llego a persuadir a mis plagiarios que eran de corta edad y quizás inexpertos en robo y secuestro. No se que hubiera sucedido si en ese momento me hubiera resistido o que no hubiera hecho nada. La diplomacia funciono, mis captores me dejaron libre en medio de la madrugada sobre una avenida principal en la delegación Iztapalapa.
No se si pude ganarle a mi destino o si el destino existe y eso fue solo una lección de vida o simplemente fui victima de las circunstancias de una sociedad en decadencia, pero lo cierto es que salve mi vida como si fuera mi propio héroe salido de cualquier historieta.
Y al final de todo pienso que una sociedad no tiene porque gobernarse en base a héroes y la buena suerte. ¿Sino entonces cual es la responsabilidad de cada uno de quien la habita y disfruta de este territorio? ¿Realmente se trabaja en esas responsabilidades o todo es parte de otra gran mentira?
Victimas y Victimarios, al final todos somos hijos de esta nación.
D.B.R.R