¿Como liberarnos de este poderoso arquetipo?
El Diablo es
un arquetipo cuyo fin esta construido con el propósito de darle vida a
una sutil y poderosa energía que puede atrapar a cualquier ser humano.
Inclusive el Diablo podría tratarse de ser la misma celda que el mismo ser
humano construyo para sí mismo.
El Diablo
viene en infinitas formas y presentaciones, quizás ahora mismo ya tienes en tu
mente alguna imagen muy particular de este arquetipo. Lo cierto es que cuando
te sientes atrapado en alguna situación en tu vida, o cuando sientes que no hay
salida o respuestas claras a tus interminables problemas, cuando el vicio te
carcome y las obsesiones te atormentan o te llenan de placer y goce, quizás
estés atrapado en la magia de este arquetipo. No importa quien seas; el Diablo
siempre estará cerca observando e insinuándonos algo, más de lo que creíamos o de
lo que pensábamos. Pero todo marcha bien y de acuerdo al plan, hasta que el ser
humano de pronto se da cuenta de que se trata este juego; regularmente esto
sucede cuando comienza esa áspera sensación de perdida; ya sea de su tiempo, su
dinero o su salud. ¿Cómo pude suceder esto? ¿Cómo fue que caímos en tal exceso?
¿Cómo fuimos tan débiles ante la tentación? Al Diablo se le culpa por casi
todo, pero ¿Y en donde queda nuestra responsabilidad?
El Diablo
viene a enseñarte quien eres, te muestra tus debilidades y en donde es
necesario comenzar a trabajar para liberarnos y reconstruirnos. Solo mediante
las duras pruebas que tu mismo aceptas en tu vida, es como comienzas tu propio
sendero a comprenderte y saber quien eres y que es lo buscas en tu vida. Por
ello se le teme tanto a al Diablo: ¿Qué te seduce? ¿Qué te apasiona? ¿De que no
puedes escapar? ¿Qué es lo que siempre has intentado y siempre has fracasado?
¿Cuál es tu peor miedo? ¿En verdad el sentido de tu vida cambiaría para mejor
si adquieres o posees algo o a alguien? ¿Qué o a quien quieres controlar, o
someter, o seducir? ¿Por que tanto el odio, o porque tantas las ganas de amar? ¿Qué
ímpetu de trabajar tantas horas, incluyendo los fines de semana? ¿Por qué te
preocupas tanto por algo que no puedes cambiar? ¿Por qué la obsesión de saber
que esta pensando la otra persona, o que están haciendo los demás en este
momento? Las preguntas pueden ser infinitas incluso más y más inteligentes o
punzantes si le seguimos.
Volviendo a
la pregunta inicial de este post; en ¿Como deshacernos de las ataduras o de las
trampas que supuestamente el Diablo nos ha puesto? La respuesta es amplia y viene
dependiendo la situación en la que nos encontremos para evitar caer en un
recetario barato de libros de bolsillo de autoayuda, pues es importante
comprender que esta clase de energía pesada que influye nuestro comportamiento
día a día, urge y exige una profundidad y una reflexión personalizada a la situación
de cada persona que esté inmerso en esta cárcel o vórtice espiritual. Con mucha
seguridad les puedo decir que la mayoría, no todas, de estas duras pruebas nosotros mismos las hemos
elegido, muy dentro de nosotros. Estas pruebas incluso puedan ser las mismas que puedan darle sentido a la existencia de
las personas en este planeta; como el ladrón que vino a descubrir lo fácil e
ingenuos que pueden llegar a ser las personas, o a aprender y a respetar el
trabajo y los bienes ajenos a través de un cruel acto de linchamiento en su
contra, o el maltrato recibido en alguna prisión en consecuencia de sus actos.
No se trata de justificar el sufrimiento, sino de aprender de ello y
capitalizarlo para no caer de nuevo en la trampa. No podemos permanecer para
siempre en esa estrecha visión que nos han programado acerca de lo que es la
vida y de que forma vivirla, la forma en que debemos ser o actuar ajena a nuestra
voluntad y al verdadero objetivo del cual elegimos experimentar al nacer como
humanos. Podría ser cómodo en su momento, pero no se gana mucho siguiendo roles
y a lideres para toda la vida, confiar ciegamente en que todo debe ser así y
por lo tanto negar o adormecer esa sensación de sentirnos atrapados y sin
salida, llenos de miedo o inmovilidad, de no ser quienes en realidad somos;
Consciencia.
Todos
podemos caer ante la sutil y pesada energía del Diablo, pues en esta realidad
todos nos mantenemos constantemente aprendiendo y por ende también
experimentando; pero es necesario conocer nuestros limites y hasta que punto no
perder nuestro propio auto-control. La respuesta a las siguientes preguntas
podrían ayudar en algo:
¿Esto que
hago me ayuda a ser mejor persona?
¿Esto es
realmente lo que necesito para crecer o progresar en mi vida?
¿Esta es la
forma correcta de tener o lograr lo que me hace falta?
¿Qué huecos
o espacios son los que estoy tratando de llenar con mis actos u obsesiones?
¿Qué otras opciones tengo?
¿Escucho a
mis seres queridos y a personas de mi confianza?
¿Tienen
bases o fundamentos reales mis miedos?
¿Conozco
las consecuencias de mis excesos?
¿Soy capaz
de reflexionar o meditar mis actos?
¿Justifico
o culpo a los demás por lo que me sucede?
¿Puedo
reconocer mis incapacidades y pedir ayuda o asesoría al respecto?
A veces
mirar las cosas al revés o con una nueva perspectiva, con diferentes matices o
colores nos podría ayudar a encontrar salida a esa prisión auto-impuesta. Tomate
una pausa para reflexionar, (un te de limón no estaría nada mal).