LA PIEDRA CANTARINA.

Fue en aquella tarde de octubre cuando me sentía inquieto, como si alguien hubiera hurgado en mis bolsillos y robado mi billetera. Era una sensación de vacío y nostalgia. Así que sin saber que hacer con tanta soledad salí a caminar cabizbajo inmerso en mis pensamientos acerca de aquella sensación de perdida que tenía desde entonces. Y así sin rumbo fijo dí libertad a mis pies para que ellos me marcaran el alto obligados por el cansancio, pero parecía que ellos querían seguir y seguir caminando como aquellos camellos acostumbrados a cruzar los más feroces desiertos.

Una hora mas tarde el ambiente comenzaba a serme familiar y así fue que de pronto al levantar la mirada estaba enfrente de una piedra casi de mi tamaño la cual pudo resistir el paso de los años y los antojos de las personas que cruzaban por allí. Así los dos uno frente al otro era como si fuéramos dos viejos conocidos cuyo destino quiso un reencuentro, y así permanecimos observándonos sin embargo mi actitud cambio de repente para convertirme en inquisidor y reclamarle lo que me había robado; -¡Ladrón!!- le grite- ¡ Has sido tú quién me ha robado!- Has sido tu el egoísta que se ha llevado los mas preciosos recuerdos de la mujer que amaba!!! ¡Porque fue aquí precisamente en este lugar en donde le declare mi amor a la mujer de mi vida!! Y tu te has llevado ese tesoro- le dije mientras la sangre se me subía a la cabeza- ¡Monstruo de mil tentáculos que robas los tesoros mas hermosos de las personas que vinieron a este recinto para amarse!- le grite furiosos mientras caía de rodillas abatido como aquellos muros de Jericó. Y así, quizás debido a la larga travesía que tuve antes de llegar a aquella roca me mantuve inmóvil respirando los aromas propios de aquel solitario lugar, sintiendo el frío césped en mis manos y admirando el singular color del crepúsculo envolviéndome dramáticamente. Y así fue que comencé a escuchar una cancioncilla adornada con coros y violines cuya letra decía lo siguiente:

“Amigo mío tu búsqueda apenas comienza, pero despierta que aquí no hay nada de aquello que te robaron, lo único que aquí encontraras será mas soledad que antes, lo que buscas esta en tu corazón, en tu espíritu, allí siempre ha estado, pero no has querido abrir tus ojos para verlo, sigues buscando en tu exterior cuando el verdadero tesoro lo llevas siempre en tu interior, abre tus sentidos y de paso también tus alas para que vueles a tu interior y descubras aquella misteriosa bóveda llena de riquezas y experiencias, y cuando lo hagas no habrá fronteras ni limites para tu conciencia infinita…”

De pronto la serenidad volvía a mí que hasta comencé a escuchar el canto de los grillos. Recogí mis cosas que tiré al caerme y me levante avergonzado y con toda humildad le pedí perdón a aquella roca por mis acusaciones. Y volví a emprender de nuevo mi camino pero ahora de regreso a casa…


FIN.

D.B.R.R

LA CURA PUEDE ESTAR DENTRO DE NOSOTROS MISMOS.

Hay dolores que ni la medicina ni el mejor hospital o religión pueden curar. Solo basta con hacer un ligero cambio en nuestra típica mentalidad y a nuestra cotidiana forma de ser para ver grandes resultados.

D.B.R.R

BUSCANDO TU PIEL.

Pensé que te había olvidado…
Creí que me habías perdonado…
Convencido yo estaba en que no me hacías mucha falta…
Pero hoy desperté sabiendo lo mucho que te necesitaba…
Cierro mis ojos y trato de viajar con el tiempo
Para estar contigo y verte tan solo un momento
Mi espíritu te busca como la abeja al polen de una flor,
Y pronuncio tu nombre recordando el timbre de tu voz,
Espero que tú también me sientas cuando voy a visitarte
Aunque estemos lejos es mi espíritu que quiere amarte
Mi espíritu sabe donde encontrarte
Aunque tu piel este lejos para tocarte.

D.B.R.R